martes, 30 de agosto de 2011

Si tú me dices ven lo dejo todo... pero dime ven.

-Lo que te diré tan sólo te servirá si te lo tomas como norte en tu vida. Si lo mezclas con otras filosofías o principios no conseguirás nada.
Asentí obediente.
-Son sólo dos conceptos. Por un lado, recuerda algo tan sencillo como que querer es siempre más valioso que que te quieran. Querer mueve y detiene mundos. Que te quieran si tú no quieres, te acaba aletargando.
Lo segundo y más valioso para llevar tu vida adelante es que debes darte cuenta de que nos hemos pasado la vida desde pequeños respondiendo a la pregunta "qué me gusta". Qué me gusta de comida, de ropa, de juguetes, de estudios, de trabajo, de amistad, de amor, de sexo...
Y ese "qué me gusta" marca nuestro mundo. Da la sensación de que si nos gusta algo es un indicador de un rumbo o un deseo, y debes saber que no. Lo que nos gusta no es nuestro camino, ni tampoco lo que no nos gusta. A veces el rumbo puede estar en lo que nos provoca indiferencia, en aquello que no nos apasiona ni aborrecemos. Entiende esto... Has de confiar en ti, no en lo que crees que te gusta a ti... La senda no la marca lo que te gusta a ti, sino que la marcas tú...

domingo, 21 de agosto de 2011

Aprende a mirar donde ya miraste y trata de ver lo que aún no viste.

Allí estaba yo. En ese lugar que, por algún motivo aparente, siempre rondaba mi cabeza a cualquier hora del día. Y me encontraba bien. Qué digo bien, me encontraba genial. Podía tocar el cielo con la punta de los dedos, cosa que hasta ese momento, no había tenido la suerte de conocer. Tenía la sensación de que por fin podía traspasar esa frontera que me había separado de la felicidad durante tanto tiempo. Una frontera que se alimentaba de decepciones, desilusiones, tristeza y problemas, y que poco a poco iba creciendo sin límite. Pero había llegado la hora de cruzarla y reencontrarme con la felicidad y el optimismo. “Reencontrarme”. Suena repetitivo. Deseaba volver a ver algo que sólo había visto en mis sueños, pero esta vez, que fuera real. Se acabó esperar, ya estoy aquí. Por fin he decidido que puedo cumplir mis sueños. Y me siento bien, extremadamente bien.